No fue un hombre de muchas palabras. Hasta mi madre me lo ha confirmado. Siempre fue directo y bastante franca en su expresión verbal y era poco común de él adornar con palabrerías. Pero cada vez que abría la boca para hablar y su voz potente pero siempre gentil se escapaba de sus labios, el mundo se callaba. Con lo que decía era suficiente. Pudieron haber sido par de oraciones como unos simples palabras. Te dejaban pensando, aunque no lo quisiera… mejor dicho, especialmente cuando no querías. Sus palabras penetraban la mente, revolcando todo lo tradicional y cambiando el pensar vago y conformista en que uno esta acostumbrado. Si.. De eso era capaz. No eran palabras que te trataban de convencer por medio de discusión y discurso, sino eran de pura verdad. Hasta con sus silencios lograba hacerte contemplar su punto, haciéndote romperte le cabeza al tratar de averiguar su mensaje escondido.
Era difícil discutir con él. Por lo dicho, no hablaba si no era necesario y te podía hacer callar con esas pocas palabras que frustraban y agitaban al siempre contener la verdad. Era un hombre justo y firme, por lo tanto sus palabras solían ser igual. Y cuando me ponía terca y no quería escuchar esas verdades, simplemente me miraba fijamente, con esos ojos tan oscuros y profundos, hasta por fin captar mi atención. Con la misma paciencia repetía su pensar y te dejaba contemplarlo. A veces pasaban minutos antes que el volviera a hablar, pero no pasaba mucho tiempo mas después de esto que nos sacaba de tal estado de pensar. Le gustaba hacernos reír, y para finalizar esos momentos de “seriedad” siempre ofrecía un abrazo y esas pequeñas palabras de cariño y consuelo. Con esos brazos tan poderosos y grandes podía convertir toda la frustración y molestia previa en tranquilidad y ser un pequeño refugio por ese momento.
No fue un hombre de muchas palabras… Siempre humilde, siempre callado. Era un hombre más de acción. No hacia promesas que no podía cumplir, pero cumplía con mucho más de lo que prometía cuando actuaba. Con sus gestos, tan simples y sobrevisto por muchas personas, eran y son los mas que ocupaban mi mente al recordarlo.
Seré como él. Me tardaría toda una vida por perfeccionar su teoría de vida y manera de ser. Y tal vez nunca lo logre. Pero lo intentare.. Por que lo amaba, y aun lo amo. Lo extrañaré y lo recordaré en cada movimiento y pensar. Seré como el. Lo haré orgulloso. Ya veras..
Era difícil discutir con él. Por lo dicho, no hablaba si no era necesario y te podía hacer callar con esas pocas palabras que frustraban y agitaban al siempre contener la verdad. Era un hombre justo y firme, por lo tanto sus palabras solían ser igual. Y cuando me ponía terca y no quería escuchar esas verdades, simplemente me miraba fijamente, con esos ojos tan oscuros y profundos, hasta por fin captar mi atención. Con la misma paciencia repetía su pensar y te dejaba contemplarlo. A veces pasaban minutos antes que el volviera a hablar, pero no pasaba mucho tiempo mas después de esto que nos sacaba de tal estado de pensar. Le gustaba hacernos reír, y para finalizar esos momentos de “seriedad” siempre ofrecía un abrazo y esas pequeñas palabras de cariño y consuelo. Con esos brazos tan poderosos y grandes podía convertir toda la frustración y molestia previa en tranquilidad y ser un pequeño refugio por ese momento.
No fue un hombre de muchas palabras… Siempre humilde, siempre callado. Era un hombre más de acción. No hacia promesas que no podía cumplir, pero cumplía con mucho más de lo que prometía cuando actuaba. Con sus gestos, tan simples y sobrevisto por muchas personas, eran y son los mas que ocupaban mi mente al recordarlo.
Seré como él. Me tardaría toda una vida por perfeccionar su teoría de vida y manera de ser. Y tal vez nunca lo logre. Pero lo intentare.. Por que lo amaba, y aun lo amo. Lo extrañaré y lo recordaré en cada movimiento y pensar. Seré como el. Lo haré orgulloso. Ya veras..
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